lunes, 18 de abril de 2011

EL CALDERO

El caldero, es una herramienta de legado celta, simboliza el vientre de la Gran Madre, el cambio, la renovación, la consagración, la resurrección, la reencarnación, la inspiración, la transmutación, transformación (los elementos entran en un estado, y salen de otro)… (Traducido al mensaje sagrado del cristianismo: el valor del Santo Grial); esencia de fertilidad y feminidad, como recipiente que bulle, significaba, además, el símbolo de la abundancia. Como símbolo del vientre materno, es obviamente femenino, y es perfectamente intercambiable con la copa/cáliz o taza para el agua, pertenece al elemento agua, aun que tiene claras implicaciones con el aspecto fuego.
La mayoría de los calderos míticos de tradición celta han aparecido en los lechos de los lagos, o ríos, considerados como espacios sagrados y puertas al Más Allá, como formas de agradecer a las divinidades las buenas cosechas en el campo, la abundancia de agua, los numerosos rebaños, o para garantizar un buen transito a la reencarnación, o a summerland.
Se asocia con varias divinidades entre ellas a Dagda, la divinidad a la que rendían culto tanto bretones, galos, gaélicos y gallegos, en el interior de su caldero mágico, los guerreros fallecidos heroicamente en combate, recuperaban la energía vital y las fuerzas. Otra deidad relacionada con el
caldero, es la diosa Cerridwen, quien en busca de la sabiduría, se dispuso a crear la pócima en su caldero, la cual se estuvo elaborando durante un año y un día, curiosamente el mismo tiempo que tarda un brujo en su preparación para iniciarse.
En primavera y verano podemos llenarlo de agua fresca con flores o hierbas de la estación, en otoño e  invierno podemos prender un fuego dentro, representando el calor y la luz del Dios, que vuelve al vientre de la Diosa Madre, esto se relaciona con los ciclos agrícolas, el Dios nace en invierno, llega a la madurez en verano, y muere tras la última cosecha. Se puede quemar hierbas, hojas con peticiones, y para todo aquello que requiera renovación, en algunos ritos se coloca una vela en su interior.
También podemos utilizarlo para la adivinación, llenándolo de agua y mirando fijamente en sus oscuras aguas (como se hacia tradicionalmente en los pozos).  
Nos puede ayudar en rituales que simbolicen transformación o renacimiento.
Tradicionalmente son de hierro o barro, con forma redonda, y con tres patas que le sirven de apoyo. Cada una de las patas representa un aspecto de la diosa, doncella, madre y anciana.
Actualmente muchos paganos los utilizan de bronce, por ser este material más afín a la Diosa. Si nuestro caldero no tiene patas, podemos incluirle unas colocándolo sobre ellas, aun que no es imprescindible que las tenga. No importa el tamaño, si es grande podemos dejarlo sobre el suelo, y si no hacemos fuego en su interior ni bajo el, podemos colocarlo sobre el altar, simbolizando al elemento agua.

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